Me cansé
de aquella otra forma de amar
me cansé del sol
y de su incesante claridad
que pertuba mis iris, sin piedad
Me cansé de buscarle sentido
al número uno
Me cansé
de la otra cara de la luna
Me cansé
de esperarte desnudo
Me cansé
de la otra y de la una
Me cansé
de soñar cada día
y de dormir cada noche
a mis peores pesadillas
Me cansé de la calma
que nunca tiene espera
Me cansé
de la vuelta de la esquina
Me canse de pedir permiso
por casi todo
cuando casi nunca
me lo pidieron a mí
Me cansé de aquel perdón
que siempre fue
y siempre será
privilegio de unos pocos
Me cansé de esperar ilusiones
Me cansé de tener esperanzas
Me cansé de la mala suerte
y del Valium que ya no me duerme
ni tan siquiera en mi cama
Me cansé de ser
Me cansé de tener que obedecer
Me cansé de poner siempre
el mejor lado de mi tez
Me cansé de vivir a demanda
y de servir cada día la comanda
Me cansé de asentir
Me cansé de complacerte a ti
¿Quien pues,
me complace a mí?
Me cansé de ser uno más
Me cansé de importar
sólo en los peores momentos
Me cansé de ti
Me cansé de mí
...
me cansé
...