No supe estar a la altura, nunca,
es más no creo
que nunca llegue a estarlo
y dejó de importarme, sin embargo
No quise comprometerme
nunca, porque no es leal,
aquel que falta a su palabra
Bonita palabra por cierto:
¡Lealtad!
Todos nos fiamos
antes de un Dios que de un diablo
y los que no lo hacen
viven bastante mejor, muy probablemente
Nunca me creí un canalla
y no creo que me merezca
un traspiés cada vez
que mi intención sea
la de saltar una valla
Pero lo acepto y me levanto
una y las veces que hagan falta
Y no, no quise esnifar
aquella raya de coca
simplemente,
porque no me dio la gana
No pretendo provocar heridas
ni tampoco cerrar aquellas cicatrices
que sé, que jamás cicatrizarán
Y no hay dudas
que me corroan el alma
porque hace mucho tiempo
que deje de rezar a ese Dios
que nunca me dejó que creyera en él
¡Y ya, ya es tarde!
No, no creo en cuentos de hadas
ni tampoco en las asambleas de jueces
No creo que por sentirte diferente
haya que pedir redención ni a Dios ni a nadie
Y por supuesto:
¡No lo haré!
Y no creo ni en esto
ni en todo lo contrario
porque cuando comienzo a hacerlo
siempre me marcho a mis montañas
Y allí cuando se juntan
mi demonio de la guardia
con mi rabia, mis miedos
y toda esta irascibilidad que irradio
Es cuando,
en los días más fríos de otoño
mi poesía, ésta que se me enfría,
me grita a la cara:
¡Lucha por ti canalla¡
¡Lucha por tu ingenio
Lucha por tu salud
Lucha por tu "imperio"
Lucha, canalla, lucha tú!
¡Lucha por un sueño
por uno solo
Lucha por no necesitar a nadie
Lucha canalla, lucha por tu verdad!
¡Lucha por una forma de libertad
Lucha por la prisa y por la causa
Lucha por la pausa y por la consecuencia
que supone el propio término supervivencia!
¡Lucha por un hueco
en este mundo de locos inciertos
que suben y bajan de cielos a infiernos
sin saber muy bien
lo que significa mantener los ojos abiertos!
¡Lucha de una maldita vez
Lucha canalla
y si no luchas por nada
lucha por ti ...y por tus palabras!
¡Lucha ... Lucha ...