El mundo no es Dios

Igual que los pétalos caídos del sol

como quien pierde por amor el amor

y con él la identidad

de la que desde siempre presumió

Presuntuoso o desvalido

Insensato o aturdido

pero siempre consecuente

hasta con los últimos gramos

esnifados de mala suerte

Igual que un árbol sin sus ramas,

desnudo y atado a la tierra

sin alazadas y con un único nudo,

aquel que arranca lagrimas al alma

Igual que el mito caído

a los pies de quien lo soñó

y a su imagen y semejanza

aún creándolo, luego abatido, lo abandonó

Maldito el miedo

y maldita la vida

cuando deja de serlo

Cuando todo a tu alrededor

se transforma en inestabilidad

y el mundo ya no gira ni camina

Y luego, más tarde, cuando ese nudo

se desprende de la tierra

y deja atrás sus raíces para trepar

sin miramientos a golpe de sierra

Entonces, yo lo digo,

¡Maldita la suerte!

y el dedo inquisidor

que otorga el privilegio de señalar

tu alma con una aciaga bienvenida

La igualdad no existe

las oportunidades se hacinan

en trenes de ferrocarril

y mientras unas llegan hasta el fin

ansiando el manifiesto que las permita

al menos en estas fechas

poder llegar a ser feliz

Muy muchas se esfuman hacia atrás

intentando encontrar en el pasado

un atisbo de recuerdo

como si una fotografía en blanco y negro

se encontrara en un cajón cerrado con llave

sin porvenir, sin destino, sin nadie

Igual que un mundo

cuando deja de serlo

Igual que aquel manifiesto

que ya nunca será igual de bello

cuando lo escriba en mis cuadernos

porque al arrebatarme el miedo

me robaron la libertad de sentirme así:

¡Feliz! ... ¡Ja, ja, ja!

No hay historias sin inocentes

que paguen las culpas

ni injusticias cuyo precio sean verdades

El mundo es la creación,

la tierra, la humanidad,

el universo, el cosmos, el orbe

Pero el mundo no es dios

El mundo es el hombre

Y dentro del hombre

existe venganza, soledad, esperanza

nostalgia, abandono, silencios ocultos

honor, cobardía, solidaridad

y quiero creer aún

que en algún lugar, dentro de él

también existe poesía

Sino: ¡Hombres de dios!

de nosotros que sería