Cuando me veo sorprendido por un viejo viento proveniente de Manhattan, sumerjo mi ego en un huracán de acontecimientos y me evado entre Plazas Navonas y pasadizos ocultos del más estridente Occidente. Si quieres ya no bailes conmigo, pero déjame que yo siga soñando con ciudadelas viejas, santas Sofías y mujeres tan bellas como Notre Dame y su río Senna. París, sin embargo, siempre me pareció mucho más que la Bohême de una bonita ciudad.
Si quieres no sigas bailando conmigo, pero lanza una moneda a la Fontana de la vida y al hacerlo, cierra los ojos y sueña conmigo. Deja que mis cantos de sirena zarpen hacia alta mar; entre iceberg e islas desérticas siempre existe algún buen lugar donde poder naufragar. ¡Naufraga conmigo, pues!
Los días, mis días, se me pierden entre callejuelas de Barrios Rojos y Arcos del triunfo, donde placer y peligro se me confunden con destino e infiernos. Y lejos de sentir dentro de mí un fracaso, a largo plazo, esta miel en los labios me sigue sabiendo a éxito. Allí donde los sueños se inventan y las pesadillas son infieles con cualquiera. Allí donde no existen Millas Reales ni rincones Kafkianos de Torres Eiffels. Si tú me lo pides, te diseño el plano falso del paraíso. Allí, entre las pirámides faraónicas de Egipto y la zona más Asiática del majestuoso porvenir.
El mundo de los locos se hace, poco a poco, más loco y si me besas yo te toco, y si te toco, entonces, extraigo fuego de los Fiordos mas fríos de tu corazón loco. Porque ya no distingo entre cuento e inventos y si tú no sales yo entro y si tú no me miras yo te miro y te guiño un ojo. El color azul Estambul y los dialectos del sur, son cultura y salud. Mientras, si me dejan, dejo escapar el humo de un buen puro habano y dejo caer, sobre la piel de tu muslo, los dedos de mi mano, así … muy despacio. Que puede que no distinga entre un buen bouquet, pero el vino siempre me fue bien a trago corto y en copa ancha. Así pues y aunque mucho yo no beba:
Si mañana no me llamas
te llamo yo por la mañana
porque aunque yo
no crea en los 14 de Febrero
me quito el sombrero
y te regalo ese paraíso falso
que un día te prometí por Febrero
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