Desde la otra orilla del mar
o quizá, amor,
desde el andén
de la solemnidad
Desde allí
desde donde el don
es una razón más
por la que luchar
Desde allí donde todo hombre
comparte entre piel y hueso
un corazón de diablo y un alma
con la que se arrepiente
de cada tropiezo
En cada beso
va inscrito un sentimiento
y desde allí
desde lo más adentro
Todo el mundo
anhela una infancia
y a veces, con ojos ciegos,
lo confunde con venganza
Desde donde el viento
acariciaba con suavidad
nuestros dedos,
mientras entrelazados
soñaban,
los míos con no perderte
y los tuyos con tenerme siempre
Y desde allí
y desde aquí,
espero, ausente,
un Te Quiero
¡Siempre!
Uno solo
y aún siendo consciente
de que ya jamás llegará
no desespero
Y cuando lo hago
cierro los ojos y sueño
Y sueño
desde la otra orilla del mar
Y sueño, amor,
desde el andén de la solemnidad
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