El caos, la patria, la vida
Las banderas sin estrellas
Tu voz dentro de mi poesía
El solsticio de los verbos
que no matan
Las caricias que no muerden
pero atan
El sol, la suerte, la espada
los campos de batalla
Las trincheras sin soldados
y en medio, solos tu y yo
haciéndonos el amor
hasta destrozarnos el corazón
haciéndonos el amor
hasta destrozarnos el corazón
La lencería que ella por si sola
reinos enteros destruiría
el camino a la perdición
sin fortuna ni redención
Las puestas de sol
El destino del adiós
Cuatro astros perdidos
y una cuerda floja
donde practicar el equilibrio
Mientras tanto
yo vibro con cada Tempo
y con cada Re sostenido
y lo hago porque la música
al menos en mi caso
amansa a mis diablos
Cuatro puntos suspensivos
siempre fueron demasiado
Para decir algo con sentido
antes, mucho antes, has debido
de perder alguna vocal de tu apellido
El diablo es uno mismo
al que le ha crecido un alma dentro
y el infierno no es sino
otro más de tantos lugares
donde poder compartir una copa de vino
con amigos, desconocidas y mucho humo
Lleno se halla de ellos
para qué escondernos más
Si yo saco el as de picas
con una escalera de color me replicas
Las cartas siempre boca arriba
es la única forma
de ganar una partida
Y hasta para ello
hay que saber
que cada carta marcada es un delito
siempre que tu adversario
no sea advertido
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