“Mi voz no te toca”
ya lo escribió Neruda
ya lo escribió Neruda
en uno de sus veinte poemas
tampoco creo,
tampoco creo,
que aunque cerrada
pudiesen callar mi boca
Hasta el último aliento,
sufrido anhelo de contratiempos,
Hasta la última gota
que de mi sangre se derrame
en el contorno sibilante de una copa
Hasta el último ápice de lucidez,
constante, creativo, expiador,
Hasta el último te quiero
que aún pudiendo decir,
Hasta el último aliento,
sufrido anhelo de contratiempos,
Hasta la última gota
que de mi sangre se derrame
en el contorno sibilante de una copa
Hasta el último ápice de lucidez,
constante, creativo, expiador,
Hasta el último te quiero
que aún pudiendo decir,
decir no quiero, ni diré
Hasta la última luna nueva
que ilumine mi alcoba vacía
porque de mi lado
ya se habrá marchado
hasta la palabra melancolía
Hasta el último adiós
Hasta el último buen día
Hasta la última sonrisa
que un verso mío, ofrezca sin prisa,
a la verdadera poesía
Hasta el último ayer
que te otorgue un hoy,
desprendido, sin prejuicios, desvergonzado,
con carácter de querer seguir
a la vida amarrado
Hasta el último: “Lo siento”:
Hasta el último: “Goodbye my lover”
en el que iba ímplicita
Hasta la última luna nueva
que ilumine mi alcoba vacía
porque de mi lado
ya se habrá marchado
hasta la palabra melancolía
Hasta el último adiós
Hasta el último buen día
Hasta la última sonrisa
que un verso mío, ofrezca sin prisa,
a la verdadera poesía
Hasta el último ayer
que te otorgue un hoy,
desprendido, sin prejuicios, desvergonzado,
con carácter de querer seguir
a la vida amarrado
Hasta el último: “Lo siento”:
Hasta el último: “Goodbye my lover”
en el que iba ímplicita
la siguiente estrofa:
“Vuela libre, amor mío y sé feliz
porque yo, aunque solitario y ausente,
me he de quedar aquí,
donde siempre estuve
y donde permaneceré”
Nunca fue mi cometido
escribir miserias
y aunque mis propias ruinas romanas
devastaron mi corazón y mi alma
lo que hice, lo hice, a sabiendas
de que hasta el último verso
que surgiese un día de invierno,
“Vuela libre, amor mío y sé feliz
porque yo, aunque solitario y ausente,
me he de quedar aquí,
donde siempre estuve
y donde permaneceré”
Nunca fue mi cometido
escribir miserias
y aunque mis propias ruinas romanas
devastaron mi corazón y mi alma
lo que hice, lo hice, a sabiendas
de que hasta el último verso
que surgiese un día de invierno,
como éste,
del rincón más enigmático de mi firmamento
sería siempre un verso de amor
Amor hacia hechos y acontecimientos
Amor hacia mis hijos,
mis pioneros y eternos tesoros,
amor hacia el recuerdo
de quien más amor me ofreció
sin pedir para ella,
tan siquiera un poquito de consuelo
No vivo por vivir
ni tampoco
del rincón más enigmático de mi firmamento
sería siempre un verso de amor
Amor hacia hechos y acontecimientos
Amor hacia mis hijos,
mis pioneros y eternos tesoros,
amor hacia el recuerdo
de quien más amor me ofreció
sin pedir para ella,
tan siquiera un poquito de consuelo
No vivo por vivir
ni tampoco
porque pasaba por aquí
Aunque si algo he de admitir,
es que vivo dentro de mí
sin querer apenas salir
Agarrado con fuerza y vehemencia
a un sin vivir
que no es ajeno
que no es ajeno
ni a mi silencio ni a mí
Ni tan siquiera
desconocido a todos y cada uno
de aquellos momentos que pasé en soledad
escribiéndole versos
de aquellos momentos que pasé en soledad
escribiéndole versos
a los contrafuertes del destino,
intentando hallar el rastro
dejado atrás por mi propio pasado
Agarrado, sigo, como un bohemio
a esa filosofía
intentando hallar el rastro
dejado atrás por mi propio pasado
Agarrado, sigo, como un bohemio
a esa filosofía
que aunque pocos entiendan,
es la única forma de vivir
así, de esta manera, una vida
Y si me dejan decir
es la única forma de vivir
así, de esta manera, una vida
Y si me dejan decir
unas últimas estrofas
en ellas diría, como siempre,
lo que siento y sentí,
nada más que eso:
“Hasta el último aliento
hasta el último instante
hasta el ultimo arco crepuscular
que ilumine con creces
los cuerpos desnudos de dos amantes
Hasta el último trago
que anteceda a la última conversación
que por poder mantener,
mantengan,
mi soledad y mi conciencia
Hasta entonces seguiré creyendo
que ese aquel otro que escribía
todos estos versos
era simplemente un soñador
Por lo tanto, supongo,
que mi conclusión
mi soledad y mi conciencia
Hasta entonces seguiré creyendo
que ese aquel otro que escribía
todos estos versos
era simplemente un soñador
Por lo tanto, supongo,
que mi conclusión
debería ser directa
o al menos ésta:
¡Duérmete otra noche sola,
que hoy tampoco,
¡Duérmete otra noche sola,
que hoy tampoco,
al menos eso creo,
cuando llegue el alba,
"tampoco" habrá llegado mi hora ...
Una vez más: GENIAL, mi añorado Juanito, GENIAL.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso!!!