Aún cuando no te veo llegar
intuyo
que sigo siendo algo tuyo
No sé si la última gota
que le falta a un desierto
o el último trago de ron
cuando a punto está de llegar el final
Aún cuando la luz
se erige dueña de mi oscuridad
me inspiro en la nostalgia
que producen en mí
los destellos de realidad
No sé si un suspiro
tiene el valor
que se le presupone
a la honestidad
No sé
si los Dioses todopoderosos
son los culpables
de nuestras andanzas
No sé si me entretengo
con astucias y palabras
como si la vida me fuese en ello
porque de veras en ello me vaya
Lo sé, mi amor,
aún cuando no te veo llegar
intuyo,
que sigo siendo algo tuyo
Porque hay días
en los que un simple murmullo
hace añicos los contrafuertes
que sostienen las murallas
tras las que escondo mi reposo
Aún cuando recuerdo,
aún cuando
me deslizo por el mundo
como si no fuese un orihundo
Aún así, amor,
por muy extensa que sea la tierra
o por muchos versos que escriba
sobre el amor y la guerra
¡No, no todo me da igual!
Puede que no crea
en el más allá
en el más allá
y que solamente piense
en arrodillarme
cuando necesite descansar
Puede que la brújula
halla perdido su identidad
Puede que el infierno
no me asuste más que la realidad
Puede que la brújula
halla perdido su identidad
Puede que el infierno
no me asuste más que la realidad
Pero nada de ello significa
que no desee continuar
intentando conseguir aquella estrella
que prometí alcanzar
que no desee continuar
intentando conseguir aquella estrella
que prometí alcanzar
Si, amor, aún cuando
no te veo llegar
intuyo,
que sigo siendo algo tuyo
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